EL DESCUBRIMIENTO TERAPÉUTICO DEL CLIMA
DE LAS PALMAS Y EL DESARROLLO DEL TURISMO
EN GRAN CANARIA
(los médicos británicos)
SIGLO XVIII EN EL GRAND TOUR.
El viaje a Europa conocido como el Grand Tour realizado por los británicos desde el siglo XVII pronto pasó a realizarse por razones de salud. Un gran trasiego de viajeros y doctores ingleses se trasladaron al continente en busca de un clima más cálido para su convalecencia, sobre todos de la tuberculosis. Es el momento del nacimiento del turismo moderno. Por eso se considera la invención del turismo a los ingleses. Pero pronto se descubre que las islas del Atlántico tienen mejor clima que las riveras sureñas europeas. Algunos naturalistas lo pusieron de manifiesto.
El doctor William Anderson, médico y naturalista a bordo del Resolution, la ragata del tercer viaje de James Cook, que padecía de tuberculosis y murió a bordo el 3 de gosto de 1778 a consecuencia de ella, relata durante su visita a Tenerife: El aire y el clima son notablemente sanos y particularmente apropiados para prestar alivio a enfermedades tales como la tuberculosis.
William Anderson aconsejó a los médicos que enviaran a sus pacientes a Tenerife en lugar de recomendarles el continente europeo o Madeira, como usualmente sucedía.
El médico John White, uno de los capitanes de la First Fleet, escuadrón que, bajo el capitán Arthur Phillip, partió hacia Botany Bay el 13 de mayo de 1787 con el primer grupo de hombres (700 convictos), puso también de manifiesto las cualidades del clima de Tenerife para la convalecencia de enfermos o invalids:”el clima de Tenerife es agradable y sano. No conozco ninguno mejor para la convalecencia de los enfermos. A esto hay que añadir, que los que quieran vivir aquí pueden elegir la temperatura que más le guste por el carácter montañoso de la isla”.
John Barrow hizo ciertos registros térmicos y afirmó que el clima de las Islas Canarias era quizás el más delicioso del mundo, pues “durante nuestra estancia [en Tenerife] el termómetro nunca bajó de 21ºC y tampoco subió de 24ºC; normalmente la temperatura se mantiene a unos 22ºC”. A Barrow le habían informado en la isla que la temperatura en las islas raramente sobrepasaba los 26ºC en los días más calurosos y que en los días más fríos rara vez bajaba a 18ºC.
EN EL SIGLO XIX
Sin embargo, es en el siglo XIX cuando se asiste al despegue del turismo en las islas cuando los medios de comunicación las acercaron a los países nórdicos. Un número considerable de doctores se trasladaron a las islas para analizar las condiciones climáticas, en algunos casos porque ellos también padecían alguna enfermedad. Pero la razón fundamental era para conocer los lugares idóneos para enviar a sus pacientes. No se trataba de que los turistas enfermos vinieran a tratarse aquí, y menos los enfermos crónicos, sino que una larga estancia en un clima cálido y con una calidad de vida mejor mejorarían su estado de salud y ayudaría a superar la enfermedad, sin dejar de estar conectado con algo que era esencial para ellos, su seguimiento médico
EN TENERIFE, médicos que se preocuparon del análisis del clima
James Clark (no viajó a las islas)
William White Cooper
William Robert Wilde
Gabriel Belcastel (no era médico)
Walter Benjamin
William Marcet
Hermann Honegger
Hjalmar August Öhrvall
Wilhelm Biermann
LA COMPAÑÍA DE HOTELES Y SANATORIUM
DEL VALLE DE LA OROTAVA (1886)
Ernest Hart
Herbert Coupland Taylor
Morell Mackenzie
GRAN CANARIA, médicos que se preocuparon del análisis del clima (después de la apertura del primer hotel-sanatorium)
Mordey Douglas
John Cleasby Taylor
Paget Thurstan
Thomas Spencer Well
Brian Melland
LITERATURA MÉDICA EXTRANJERA DE DOCTORES
QUE NO VISITARON LAS ISLAS
Segismundo Jaccoud
Charles Omnés
Charles James Blasius Williams
Charles Theodore (padre e hijo)
Isaac Burney Yeo
Vincent Dormer Harris
Edwin Clifford Deale
William Huggard
Para Las Palmas de Gran Canaria, dos son los médicos que destacan: John Cleasby Taylor y Brian Melland.
JOHN CLEASBY TAYLOR Y LA BRITISH MEDICAL ASSOCIATION DE LEEDS
Escocés de nacimiento, John Cleasby Taylor era médico, además, bioquímico, profesor de la Universidadde Edimburgo, miembro de la Royal Meteorological Society y de la Royal College de Cirujanos de Inglaterra. Prestaba servicios médicos en el hotel Metropol de la ciudad de Leeds. Cleasby Taylor viajó por primera vez a Gran Canaria entre octubre de 1888 y mayo de 1889. Regresó entre los años 1893-1894 para hacer su tesis doctoral sobre el clima de Las Palmas. Producto de su estancia fueron las observaciones meteorológicas leídas en la Sección de Farmacología y Terapéutica en el congreso anual de la British Medical Association de Leeds en agosto de 1889 bajo el título de Gran Canary its climate and springs. En 1901 se estableció en Las Palmas de Gran Canaria hasta 1912, año en que regresó a Londres para continuar con el ejercicio de la profesión de medicina. Mientras estuvo en Las Palmas instaló por su cuenta una Nursing Home, una especie de boarding house de atención médica para enfermos atendidos por expertas enfermeras traídas de Inglaterra por él.
Cleasby realizó un análisis exhaustivo de los elementos climáticos de Las Palmas de Gran Canaria: temperaturas, precipitaciones, vientos, nubosidad, estados de la mar, insolación y las propiedades bioquímicas de las aguas de Santa Catalina. Las realizó a lo largo de cinco años.
Según Taylor, las temperaturas medias de Las Palmas de Gran Canaria entre los meses de noviembre y mayo de los años 1884, 1886-87 y 1888-89 eran de18ºC,17,8ºCy 17,8ºC, respectivamente. Noviembre figura entre los meses con una temperatura más alta, 19,7ºC, y los meses con temperaturas más bajas, enero y febrero, 15,9ºC.
De las muchas tablas que realizó Taylor vamos a mostrar solamente la de la humedad por su importancia.
Humedad relativa del Puerto de la Cruz y Las Palmas de Gran Canaria entre 1888-1889. % de saturación por Cleasby Taylor:
Puerto de la Cruz |
Las Palmas de Gran Canaria |
|
Noviembre |
75 |
65 |
Diciembre |
84 |
66 |
Enero |
76 |
67 |
Febrero |
74 |
62 |
Marzo |
77 |
67 |
Abril |
– |
64 |
Mayo |
– |
65 |
John Cleasby Taylor fue el gran defensor del clima de costa de Las Palmas de Gran Canaria. Sin embargo, su colega Brian Melland es el auténtico defensor del clima de montaña, de El Monte de Lentiscal.
BRIAN MELLAND
Vino a Gran Canaria en 1890. Como Cleasby Taylor, Melland realizó un análisis exhaustivo de los elementos climáticos de Las Palmas de Gran Canaria: temperaturas, precipitaciones, vientos, nubosidad, estados de la mar, insolación y las propiedades bioquímicas de las aguas de Agaete y Firgas.
Según él, las Islas Canarias se sitúan en la zona de influencia de los vientos alisios (del norte), por esta razón, la media máxima de temperatura para los meses de verano está sobre los 77º F (25º C) y la media mínima de temperaturas para los meses de verano es de unos 67º F (19.44º C). Los meses más fríos, diciembre, enero y febrero, la temperatura máxima al mediodía está más cerca de los 70˚ F (22ºC) que de los 65˚ F (21ºC). La media para el invierno de noviembre a mayo podría ser fijada de 63˚ F (19,8ºC) a 64˚ F (20,1ºC). Durante enero y febrero, que son normalmente los meses más fríos, la media de temperaturas a la sombra al mediodía es de 67˚ F (21ºC), cayendo durante el periodo nocturno hasta una media mínima de unos 55˚ F (17ºC). En los días más fríos del año, el termómetro rara vez registra menos de 63˚ F (19,8ºC). como máxima (de día) y 51˚ F (16ºC) o 52˚ F (16,3ºC) como temperatura mínima durante la noche.
Para él, el clima de invierno de la costa en Las Palmas, es un clima invernal admirable, pero el clima estival en las montañas en Gran Canaria, desde los1.300 pies (396 metros) a los3.000 pies (914 metros) e incluso más, es, según él, incluso superior que el clima de invierno de la costa para el tratamiento de las enfermedades pulmonares. Desde su experiencia, el clima de montaña tiene un efecto curativo mucho más rápido en la mayoría de los casos de tisis temprana que el clima costero.
Pone como ejemplo de cura a su amigo el Alfred Salmer Brown, que vino a las Islas Canarias por causas de salud en 1888 (con tisis hemorrágica) y vivió durante cuatro años en las islas. Según remitía su enfermedad se dedicó al estudio meteorológico y a la exploración general de las islas y vivió en tienda de campaña durante dilatados periodos de tiempo en las montañas.
Los paseos diarios por la costa durante la estación cálida son muy ligeros y aquellos que permanezcan en las islas harían bien vivir por encima de los vientos alisios, es decir, a no menos de 1.100 pies (335 metros) a 1.200 pies (366 metros). Aquellos que han pasado el invierno a nivel del mar se aseguran muchos beneficios al adoptar esta medida. En lugar de continuar respirando en un océano aire fuertemente cargado de ozono, pasan de una vez a una atmósfera más tranquila y neutra, más tonificante y agradable, y más adelante aprovechar la oportunidad de la estación seca para hacer un completo cambio de ambiente. Deberían decidirse por una pizca de aventuras y vivir bajo las lonas de una tienda, son libres de acampar allá donde exista agua y podría desarrollar una agradable e incluso ideal existencia, sin estar confinado a ninguna isla ni a ningún vecindario en especial.
Es sobre las nubes donde el invalid, si sus fuerzas se lo permiten, debería pasar los meses de mayo, junio, julio, agosto, septiembre y octubre. El efecto de las nubes de los vientos alisios es obstaculizar la radiación hacia abajo y sombrear todo lo que cubre. Los paisanos prefieren vivir por debajo, pero la elección podría deberse a la costumbre, puesto que aquellas zonas situadas bajo los alisios son naturalmente más fértiles y mejor irrigadas. La disminución del calor es más imaginaria que real, pues es bien conocido el hecho de que cualquier obstáculo a la radiación produce a su vez un aumento del termómetro en la zona del obstáculo.
Sería muy diferente si está muy desarrollada una enfermedad. El clima de Canarias a menudo tiene el efecto de prolongar sus vidas de seis a doce meses, pero el problema y la ansiedad de encontrarse lejos de casa estando tan enfermo, hace que esta medida se vuelva de dudosa eficacia, particularmente si no son personas adineradas. Al principio de su estancia les parecerá que mejoran, las fiebres vespertinas disminuyen, quizás en uno o dos grados, ganan unas cuantas libras de peso, la expectoración se reduce y se sienten más fuertes y más felices. Después de los dos o tres primeros meses vuelven a decaer, tienen una fuerte tendencia a las indigestiones intestinales y las diarreas y en primavera, estarán tan mal como cuando llegaron en otoño o incluso peor.
TIPOS DE ENFERMEDADES SUSCEPTIBLES DE CURA POR EL CLIMA
la tisis pulmonar temprana o precoz
la tisis fibroide crónica (tumor) sin cavidades tisis crónica tubercular (no)
tuberculosis en el intestino (no)
tisis temprana con síntomas asmáticos (no)
bronquitis crónica y
la bronquitis crónica con enfisema
la enfermedad de Bright (inflamación renal)
el reumatismo -las aguas mineromedicinales-
Para la tisis pulmonar temprana o precoz (consunción general, enflaquecimiento extremo por causa de la enfermedad) no hay duda que Gran Canaria posee un clima ideal; Las Palmas en invierno y las montañas en verano.
Ahora bien, la tisis precoz de aquellos llegados a Las Palmas, con tos, una ligera subida de la fiebre por las tardes, y la enfermedad se le permite ir más allá de cierta etapa, ésta se vuelve prácticamente incurable. Y si se quedan deben de permanecer sentado fuera de casa tanto como sea posible y nunca permanecer afuera después del ocaso; deben impedir estar todo el día al aire libre, si no es posible, permanecer sentados bajo una baranda orientada al sur, alejarse de las atmósferas viciadas, de las habitaciones cerradas de los cafés, salas de billar, etc.
Sostenía fervientemente que cualquier paciente tísico que pueda afrontarlo, debe ser enviado fuera de Inglaterra inmediatamente después de que su condición haya sido diagnosticada, a una vida al aire libre y bajo un clima completamente diferente al de Inglaterra. Si el mes es el de junio, no hay ninguna diferencia; deberá partir a la semana siguiente y no al invierno siguiente, en busca de un clima soleado y de una atmósfera más seca. “Inglaterra en verano no es el lugar para un hombre enfermo de tisis que tiene una última oportunidad para curarse, de hecho esta es su última oportunidad, ni para permanecer ni un día más que el que las circunstancias fuercen a hacerlo”.
Y “si el médico –continúa afirmando– le recomienda tomar el siguiente barco a la isla de Man o Jersey durante seis semanas, cambie en su lugar para tomar el siguiente barca a Gran Canaria o hacia otro clima antitísico, pues de lo contrario, en mi opinión, estaría tirando por el suelo al menos la mitad de las oportunidades que el paciente tiene de curarse. Si no envía el paciente a Canarias, envíelo a un buen clima que suponga un completo cambio con respecto al clima inglés donde se inició su tisis”.
En la tisis fibroide crónica (tumor) sin cavidades, existe una marcada mejoría después de vivir dos o tres años en la isla de forma continuada. Si las cavidades pulmonares existen, aparece una marcada sequedad en las mencionadas cavernas y una disminución de la expectoración, la sequedad del aire lo favorece. Muchos pacientes de este tipo decididos a quedarse a vivir a en Gran Canaria, han tomado una pequeña villa en Las Palmas desde octubre a junio y han vivido en una estación de altura durante cuatro meses en verano.
La tisis crónica tubercular con una considerable cavidad, con tos y permanente fiebre, aunque se realice una estancia continúa en la isla, no se curan ni en Canarias ni en ningún otro sitio.
Tampoco los casos de tuberculosis en el intestino debían ser enviados a las islas bajo ningún respecto, normalmente se agravaban.
En la tisis temprana con síntomas asmáticos combinada con hemorragias, un clima más sedante como el de Madeira, no el de Gran Canaria.
Tampoco, los casos de asma puro espasmódico, deberían, como regla general, ser enviados a Las Palmas ni a ningún otro balneario costero.
Algunos no escapaban a la muerte cuando el estado de su enfermedad era avanzado. En noviembre de 1887 murió en el hotel inglés de Las Palmas el joven médico británico James Gray Glover o 30 de enero de 1889 falleció en el Hotel Marquesa de un ataques por afecciones pulmonares William Power.
La bronquitis crónica y la bronquitis crónica con enfisema (presencia de aire en el tejido pulmonar) normalmente se mejora mucho con el clima de Gran Canaria.
La enfermedad de Bright (inflamación renal) y el reumatismo ningún otro sitio más que en Las Palmas se encuentra un clima tan apropiado durante el invierno en la costa y el verano en la montaña.
Y para el reumatismo los baños de aguas minerales en Teror, Firgas y Agaete, con aguas alcalinas, muy carbonatadas y aunque las instalaciones para el baño son demasiado simples, consistentes simplemente en tres o cuatro platos de ducha por cada naciente del manantial, localizados en una casa de baños.
Precisamente Antonio Armas Caseta construida por para baños y alojamientos. Según Taylor, la concentración de magnesio y bajo nivel de sodio la hacían óptimas para el consumo diario. Según Melland, el agua emanaba a 25ºC y era buena para enfermedades renales y anemia.
Razones de salud que van a configurar una comunidad británica, junto con el gremio de comerciantes e industriales. Se asiste a la formación de comunidad inglesa en Las Palmas de Gran Canaria como en el Puerto de la Cruz (Tenerife)
Por un lado, establecer un lugar de aclimatación
Si los pacientes cuya tisis ha llegado a ser detenida en Canarias que desean estar más tranquilos frente a recaídas futuras en la enfermedad, no deben afincarse de nuevo en Inglaterra; si son trabajadores deben emigrar y vivir permanentemente en una de las saludables colonias inglesas. Ahora sería el turno del Cabo, Australia o Nueva Zelanda. Es un gran error que cometen muchos médicos, al aconsejarles a sus pacientes jóvenes con tisis temprana pero activa, que viajen a las colonias y que se instalen allí. Deberían enviarlos primero a un balneario donde los invalids reciban ciertas atenciones y no ser apartados a las bulliciosas colonias como manzanas podridas. Después de que la tisis se haya detenido, dicho sea en Gran Canaria, los pacientes podrían ir a Ciudad del Cabo o Australia, teniendo para entonces suficientes fuerzas como para cuidar de ellos mismos.
Por otro lado, los curados serán capaces de volver a Inglaterra durante los meses de verano, de junio a octubre, pero vuelven de forma bastante regular a Gran Canaria según llega el invierno la mayoría de ellos, afirma Melland.
“A dos de estos visitantes regulares los había visto llegar ahora por siete inviernos consecutivos, los cuales, a penas, podrían haber resistido dos inviernos si se hubiesen quedado en Inglaterra. En uno de estos casos, los tobillos empezaron a ponérseles gravemente edematosos hace unos ocho años enla Rivieray a pesar de que el edema vuelve junto a ataques de bronquitis subagudos de forma ocasional, no es tan marcado como lo era hace ocho años”.
“Algunos pacientes de este tipo han decidido quedarse a vivir a en Gran Canaria, y han tomado una pequeña villa en Las Palmas desde octubre a junio y han vivido en una estación de altura durante cuatro meses en verano, a normalmente de1.200 pies(366 metros) a1.800 pies(548 metros). Tres o cuatro han mejorado lo suficiente como para trabajar en Gran Canaria, uno o dos han permanecido allí durante muchos años. El clima parece particularmente adecuado para la tisis fibrosa crónica”.
Algunos médicos decidían quedarse aquí para trabajar en los hoteles de sus compatriotas o instalar sus propios boarding houses como Cleasby Taylor. En el año 1896 el número asciende a 250 residentes regulares y sobre unos 200 0 250 visitantes.
Pero la ubicación de los hoteles también respondía a razones de razones de salud. Era importante para la cura el lugar elegido para el establecimiento de un hotel: lugares aislados de población, rodeado de vegetación, respiración de aire puro y habitaciones dirigidas al sur.
En Tenerife: el hotel Martiánez (desventaja habitaciones al norte) por decisión de William Harris – Mordey Douglas, y el hotel Taoro por la intervención de Edward Bearnes.
En Gran Canaria: el hotel Santa Catalina por indicación de Mordey Douglas y el hotel Metropol por Alfred Jones.
En El Monte: el hotel Bellavista por Charles Quiney y Santa Brígida por Alarico Delmard.
La formación del barrio de los hoteles responde a la misma filosofía.
Y por encontrarnos en este hotel solo algunas pinceladas sobre él.
El hotel Santa Brígida en El Monte fue inaugurado en la temporada 1898 como hotel de primera clase. Estaba rodeado de viñedos y poseía una vista ininterrumpida sobre el valle de Santa Brígida. Todas las habitaciones estaban orientadas al sur, resguardas de los vientos del noreste. Los propietarios han afrontado gastos considerables para proporcionar una gran cantidad de agua y el sistema de desagüe ha sido bien construido acorde con las más modernas ideas sanitarias. El hotel está construido como residencia tanto de verano como de invierno, goza del más precioso paisaje subtropical de las Islas Canarias, disfrutando de un clima estable y sano y absolutamente libre de polvo.
Tenía elegantes salas de dibujo, comedores, zonas para fumar y salones de billar. Un bungalow en los terrenos. Canchas de tenis de césped, críquet y toda clase de diversiones dentro y fuera del hotel. Picnic y excursiones con fiestas, carruajes y caballos aptos para montar, a convenir con el director.
Los más modernos equipamientos sanitarios y para el confort. Se ha asegurado un amplio abastecimiento de agua, tras un gran desembolso, traída directamente al hotel a través de una cañería de4 pulgadas, directamente desde el manantial del Barranquillo. El agua se filtra además a través de filtros Pasteur. La leche siempre es esterilizada para el consumo. Hay comunicación telefónica con Las Palmas y con doctores ingleses. Todos los vapores son recibidos por agentes del hotel.
Las tarifas ascendían a 10 chelines por día. Unas cuantas habitaciones a 12 chelines y otras a 14 chelines por día. Para tarifas especiales por estancias prolongadas, habría que dirigirse al propietario, en el mismo hotel, Alarico Dealmar, o a los agentes de Londres, Arnold & Co., 15, Pall Mall East, London, S. W., de los que podrá obtener cualquier particular que desee.