El Borrador N º, 28 DIARIO DE AVISOS

Luis II, Ludwig II von Bayern o Ludwig Otto Frederik Wilhelm von Wittelsbach, rey de Baviera desde 1864 hasta 1886 estaba tan desilusionado con su reinado después de decidir entrar en el Reich presionado por Bismarck que se empeñó en encontrar una franja de tierra donde él pudiera imponer su idea de monarquía, jefe autosuficiente, libre de los confines del parlamento y de los partidos políticos. Para llevar a cabo el proyecto en marzo de 1873 encargó a Franz von Löher un viaje alrededor del mundo, con la instrucción de encontrar se franja de tierra. El viaje llevó a Löher a visitar Canarias, nortede África, las islas griegas y turcas. Este primer viaje terminó sin resultado hasta que Löher fue enviado dos años después a otros enclaves como Suramérica, las islas del Pacífico y Escandinavia, pero al no ser ningunas adecuadas, Luis II abandonó la idea.

Löher, aristocrática, historiador y escritor nació en 1818 en Paderborn, ciudad en la Renania del Norte-Westfalia. Estudió historia, ciencias naturales y derecho, pero nunca ejerció como abogado. En 1848 fundó en su ciudad natal el periódico Westfälische Zeitung. Era hombre de ideas de izquierda y participó en la política activa. En 1849 se presentó por la izquierda moderada a la Segunda Cámara de Berlín. Löher fue director del Archivo Imperial desde 1865 hasta 1888. Cuando estaba ocupado en la biblioteca, Luis II le pidió que realizara el viaje a tierras lejanas para retirarse.

La primera escala de los largos viajes fue las Canarias. Visitó Tenerife, La Palma y Gran Canaria. El trayecto hacia las islas lo realizó en catorce días desde Munich, Marsella, Barcelona y Cádiz, donde cogió en vapor español rumbo a Tenerife.

La travesía desde Cádiz a Tenerife duró tres días, y mientras se encontraba a bordo tuvo sus primeros contactos con algunos isleños, como él mismo señala, estudiantes, comerciantes y funcionarios que se dirigían al archipiélago. Löher destacó la estima y simpatía hacia los alemanes, en contraposición al comportamiento de rechazo y antipatía a los franceses, italianos e ingleses. Löher ve, detrás de esta simpatía, un despunte de orgullo nacional debido al pasado común entre Alemania y España en tiempos de Carlos V.

Después de recorrer Tenerife, Löher ya se hace una imagen de la mentalidad del canario. Tiende a idealizar a los simples agricultores, los ve como descendientes de los guanches, es decir, según su teoría, como vándalos del norte de África-y enjuicia peyorativamente a la clase media y alta, que como españoles, poseen muchas cualidades negativas, propias de los países del sur, y que suelen engañar a la vista de los “civilizados” alemanes.

Como Minutoli, por el que siente una gran admiración, Löher emitió un juicio absolutamente negativo de la realidad social, cultural y económica de las islas, y se muestra más bien escéptico ante las posibilidades reales de una intervención eficiente por parte del gobierno español. Como solución adecuada a la penosa situación del archipiélago, Löher considera muy abiertamente una eventual anexión colonial de las islas por parte de los alemanes. Sus ideas políticas y su concepción de los orígenes de los germanos les condujeron a relacionar los guanches con antiguos germanos. Quiere despertar los orígenes germanos de los sencillos campesinos. Una buena administración alemana sería la mejor solución para los problemas de aquellos germanos hallados en el Atlántico.

Su experiencia la narra en su libro Nach den Glücklichen Inseln. Canarische Reisetage (“Hacia las Islas Felices. Días de viaje canarios”), publicado en Leipzig en 1876. Löher escribe otro libro Das Kanarienbuch, Geschichte und Gesittung der Germanee auf den Kanarischen Inseln (“El libro canario, historia y urbanidad germana en las Islas Canarias”), publicado después de sus muerte (1895) en Munich. Se ocupa de las leyendas mitológicas y conquista de Canarias, dedica un capítulo a los historiadores locales –Viera y Clavijo, Viana, entre otros-y a los viajeros más importantes –según él Bory de Saint Vincent y Humboldt-y por último dedica un estudio de los aborígenes, mundo aborigen que cautivó su fantasía romántica y patriótica. En efecto, Löher quedó entusiasmado por los antiguos habitantes de las islas, y publicó en 1876 una serie de artículos en el “Augsburger Allgemeinen Zeitung” en las que intentaba probar el origen germano de los guanches. Este artículo fue traducido al español sin consentimiento y se publicó en Madrid bajo el título: “Los germanos en las Islas Canarias”. En 1833 Löher publicó la poesía histórica de Antonio de Viana.

Dejó las islas por la noche desde Gran Canaria a bordo de un vapor francés, La Verité con rumbo a Tánger Marruecos.

Murió en Munich en 1892.